Al principio me daba un poco de cosa, porque tienen pinta de muy frágiles y no me parecía apropiado que se me cayera al suelo una especie protegida, pero hay que reconocer que se agarran de maravilla.
El caso es que así parece otro animal, porque el año pasado me quedó la sensación de que eran un poco ásperos. Y no, son muy suaves y además les huele el aliento a caramelos de eucalipto. Supongo que el de la otra vez (el que sólo dejaban manosearle los lomos) estaba resobado por gente con las manos "poco limpias" y por eso raspaba.
Pues aquí os dejo una bonita foto de mi amigo comiéndose una hojita.
Hablando de todo un poco, vuelvo el lunes que viene después de pasar por Kuala Lumpur y Amsterdam. Si no os llamo para tomar algo es que estoy muerto y necesito dormir un poco. Y luego me marcho a Glasgow... pero eso ya es otra historia.
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