Todo empezó en el coche: sólo hay una emisora de FM, y no en todos los sitios. La cosa es tan chunga que incluso los MP3 que llevamos para el viaje se escuchan mal. Tampoco hay cobertura en el móvil más que cuanto subes a lo alto de alguna colina. Internet? Con suerte en el hotel, después de varios intentos con el módem (sí, con el módem, eso que hace ruidos) te conectas a 28k y te pasas dos horas intentado leer un correo.
Ahora mismo estamos en Pemberton y seguiremos por la zona durante lo que queda de semana hasta que el finde volemos de vuelta a Adelaida.