domingo, 2 de octubre de 2011

Cognac

Hace unos meses hice una entrada en el blog explicando cómo se hacía el whisky escocés y los diferentes tipos que nos podemos encontrar en el mercado. Hoy, aprovechando la visita que he hecho esta semana a Cognac, os voy a hablar un poco de la bebida del mismo nombre.
El cognac (igual que el whisky) es una bebida destilada, aunque en este caso partimos de un vino casi imbebible, muy ácido, de unos 7º hecho con un 90% de trebbiano, folle blanche y colombard. El 10% restante (siempre que no lleve el nombre de un cru) puede contener otras muchas variedades de uva blanca.
Este vino ha de pasar por dos destilaciones en alambiques de cobre obteniendo un licor transparente de unos 70º (como el whisky).
El envejecido se hace en barricas de roble francés durante un periodo no inferior a los dos años. La evaporación del alcohol (part des anges) hace que el nivel de alcohol se vaya reduciendo, así que al cabo de unos 50 años, cuando las barricas no transfieren más aromas al cognac, este se pasa a unas garrafas de cristal para continuar su almacenamiento.
Al igual que el whisky, podemos encontrar single cask. Sin embargo esto no es muy común. Lo más normal son los blends de varias barricas de diferentes añadas. La edad del cognac será entonces la de la parte más joven. La clasificación de los cognacs es la siguiente (los nombres están en inglés):
  • VS (Very Special) o tres estrellas (✯✯✯). Mínimo de 2 años en barrica (lo marcado por la ley)
  • VSOP (Very Superior Old Pale). Un mínimo de 4 años, pero con una media bastante mayor.
  • Napoleon. 6 años de barrica, aunque la media de sus componentes no es tan grande como en el XO.
  • XO (eXtra Old). Actualemente la ley marca 6 años, aunque en el futuro serán 10.
  • Hors d'âge o Vieille Réserve. Según ley igual que el XO, pero en la práctica las marcas lo utilizan para su producto de mayor calidad.
Los crus donde se cultivan las uvas para hacer el cognac también se utilizan para definir el producto. En el mapa podéis ver las diferentes áreas (las más oscuras son las mejores).
Y ahora sólo queda disfrutarlo.
Salut!

lunes, 18 de julio de 2011

El Jet d'Eau

 

Una de las cosas más típicas de Ginebra, aparte de los chocolates, los bancos y los relojes, es el Jet d'Eau. 
Aunque en el vídeo no se aprecia del todo, el agua sale a unos 200 Km/h y alcanza una altura de 140 m, que para que os hagáis una idea es la altura de la Torre de Madrid (de 37 plantas).
Tuve bastante suerte al grabar este vídeo, porque los días siguientes el cambió de dirección, y el agua caía directamente sobre la pasarela. Y estamos hablando de la friolera de 500 litros por segundo.
Como dato curioso, el Jet d'Eau era inicialmente una válvula de seguridad de la Coulouvrenière, que bombeaba agua a presión para las fábricas y que por las tardes, al bajar el consumo, liberaba un chorro de unos 30 m. La cosa tuvo tal éxito que desde 1891 está sólo "para hacer bonito".
Si vais a Ginebra, no os lo podéis perder, literalmente, se ve desde todos los sitios. 

martes, 28 de junio de 2011

Arquitectura de Glasgow

El museo Kelvingrove
El martes estuve en Glasgow (de nuevo) y como terminé relativamente pronto de trabajar, me dediqué a recorrer la ciudad visitando los edificios más interesantes. Que son muchos.
Para empezar el más interesante y sobre el que hay varias leyendas urbanas es el Museo Kelvingrove. Según la gente de Glasgow (y el sentido común) este edificio está construido al revés. Es decir: la puerta principal debería estar apuntando a la calle, y no al río. El caso es que para entrar al museo hay que dar toda la vuelta. Cuentan que cuando el arquitecto se dio cuenta de la "cagada" se subió a una de las torres y saltó de ella. Tardaron en encontrarlo porque las torres están en la parte de atrás.

Universidad de Glasgow
 La Universidad, que está al otro lado del río, y que se ve muy bien desde la parte de atrás del Kelvingrove es otro edificio impresionante. La universidad fue fundada en el 1451, y es una de las más antiguas en legua inglesa. El edificio actual fue construido en 1870 y es un ejemplo de arquitectura de vanguardia, porque ya en su momento utilizó una estructura de hierro (en lugar de piedra o ladrillo) para sustentar el tejado, que era de madera (hasta el incendio de 2001)


Victorian Bank
Otro grupo de edificios que a mí personalmente me encantan son los antiguos bancos, reconvertidos en tiendas o bares de copas. Este es el caso del Victorian Bank, que ahora es una tienda de moda. En algunos casos incluso conservan la cámara de seguridad, para guardar la recaudación del día.

En definitiva, una ciudad interesante para visitar. También durante el día.

jueves, 26 de mayo de 2011

Warra, warra y más warra

La nueva palabra de moda: warra. Y no sólo por lo divertido que puede sonar el ir a pasar la tarde a Coonawarra, Warra warra (mi favorita) o Murra Warra. Sino porque warra en el idioma aborigen significa "agua". Y en Melbourne está cayendo warra a base de bien.
Hay a quien le gusta decir eso de que aquí tienen las cuatro estaciones en un día, pero yo me decanto por que aquí sólo tienen dos: la estación lluviosa y la del tren.

Bromas aparte, y una vez superado el tema de las lluvias tengo, que reconocer que el viaje está siendo muy interesante. El finde lo hemos pasado en la zona de Mornington Peninsula, que es una zona muy pintoresca y donde algunas bodegas como Kooyong (y dale con los nombres) tienen unas vistas espectaculares. De hecho, y ya lo veréis cuando cuelgue alguna foto, son edificios construidos alrededor de dos conceptos que en Rioja no tenemos tan explotados como aquí, que son: la zona de catas y el restaurante. Esta bodega especialmente vista desde fuera parece un bunker hecho de piedra caliza compactada, pero por dentro es un mirador hacia la bahía de Port Phillip con unas vistas impresionantes de los viñedos. Una auténtica maravilla para disfrutar mientras se catan unos vinos o se deleita uno con la gastronomía local.

Bueno, mañana salimos hacia South Australia, a Adelaida. Esperemos que el clima mejore.

sábado, 21 de mayo de 2011

Volando en el A380: bar, cama y motores averiados

El pepino volante en Heathrow
Hoy ha sido un día largo. Muy largo.
A falta de un criterio mejor, mi día termina cuando me meto a la cama a dormir. Y eso lo hice por última vez en Londres, y era lunes. El martes me levanté, preparé la maleta y me fui a pasar el día a la London Wine Fair. Por la noche me monté en el avión y he llegado a Melbourne el viernes a las 6 de la mañana con un jetlag de los buenos. Y es que con tantas emociones en el vuelo no he pegado ojo.

Para empezar el avión. Grande, y lleno de actividades. ¿Quién se puede estar quieto en el asiento teniendo un bar? Yo no. No es nada del otro jueves, pero por lo menos es más entretenido que ver una película doblada al mexicano o vídeos de cámara oculta. Y cuando te has tomado un par de vinos, el sistema que tienen los asientos de mensajería instantánea entre pasajeros se convierte en algo muy divertido.

El bar antes del incidente
Lo de las camas en este avión es algo méramente anecdótico. La clavada que pegan por una suite es algo que supongo que me quitaría el sueño. Aunque no tanto como lo del motor.
Y mira que ya sabía yo que los motores Rolls en estos aviones fallan bastante. De hecho, hace una semana tuvieron que hacer un aterrizaje de emergencia en Hong Kong porque algo no iba fino con el fuselaje. Esta vez el problema se resolvió sacrificando a un mecánico, porque en Singapur se metieron dos tíos en el motor y sólo salió uno. Pero al menos conseguimos llegar de una pieza.

Ahora me quedan casi tres semanas por Australia (Melbourne, Adelaide y Sídney) antes de volver a montarme en el pepino volante. Ya os iré contando.

lunes, 9 de mayo de 2011

Maratón 

Llegando a meta
Ayer corrí la Maratón Martín Fiz en Vitoria. Mi primera maratón.
Enfrentarse a los 42,195 Km es una cosa que impone bastante así que, aunque había entrenado bastante las semanas anteriores, empecé a correr con respecto y poco a poco (a unos 5 min y algo el Km).
El principal objetivo, y por lo que he leído por ahí el de todo el que corre por primera vez esa distancia, era terminar. Y como objetivo secundario hacerlo por debajo de las 4 horas. Y conseguí los dos: pasé por la línea de meta en 3h 43m. Así que hoy estoy muy contento.
Esta semana que viene apenas saldré a correr porque tengo las piernas molidas y en Australia espero dedicarme simplemente a mantener la forma, pero en cuanto vuelva a casa me apunto a la siguiente. A bajar de las 3 horas!

miércoles, 13 de abril de 2011

Corriendo como Filípides, pero sin doblar

El próximo 8 de Mayo es la Maratón de Martín Fizz y me lo estoy tomando bastante en serio (a ver lo que me dura). De momento estoy saliendo casi todos los días a correr unos 25 Km, lo que combinado con el trabajo, hace que no llegue a casa hasta las 9 de la noche. Menos mal que me acuesto  tarde.
Esta es la primera maratón que corro. Espero que no me pase como al pobre Filípides y estire la pata al llegar.

viernes, 8 de abril de 2011

De aquí a Australia

La cuadrilla echando unas risas
Ayer estuvimos tomando unos pinchos (y unos vinos) con nuestras amigas enólogas para despedirnos de Elena, que se marcha el domingo a Australia. Ya ha empezado a hacer calor de verdad y lo que más apetece es tomarse unos blanquitos bien frescos antes de pasarse al tinto.
Probamos el K-naia de Bodegas Naia (verdejo, sauvignon blanc y viura), Tremendus de Honorio Rubio (viura) y el Sauvignon Blanc de Buitenverwachting.
De los tintos nos os cuento nada para no aburriros.
Así que, como tenía pendiente hacer el viaje a Australia y Nueva Zelanda, me he organizado un poco para poder visitar a Elena mientras esté trabajando en la bodega del Yarra Valley y escaparnos unos días a Sídney.
Y volver a tiempo para no perderme San Bernabé. Por supuesto.

sábado, 12 de marzo de 2011

Nuevo compañero de viaje

Parece mentira que, con lo que me gustan a mí estas cosas, haya tardado tanto en comprarme uno; pero más vale tarde que nunca.
El otro día, después de pasear la última novela de Pérez Reverte por media europa, me decidía a entrar al Dixons de Stansted y hacerme con la versión WIFI por 105 GBP. Le vendí el libro de papel a un compañero y me cargué la versión electrónica en el mío (para terminar le leerlo).
A todos aquellos que os guste leer, sólo os puedo decir una cosa: compraos uno. O el Kindle o el que más os guste, porque las ventajas son innumerables. Ahí van:
  • Ligero. Tanto si os lo vais a llevar de viaje (entonces sí que es una razón de peso), como si sólo lo queréis para leer en casa. Los libros de Ken Follet nunca volverán a ser lo mismo. En el Kindle, leas lo que leas sólo son 241 g. Por ejemplo, con el cambio de "El Asedio" a la versión electrónica me ahorré casi 600 g. Y eso todo el día en la mochila se nota.
  • Tamaño de letra variable. A mí me da igual, porque todavía me funcionan los ojos medio bien, pero la gente con la vista cansada lo agradecerá. Y una vez que elejáis el tipo de letra que os guste, todos los libros con el mismo.
  • Adiós a los marcapáginas. A mí se me estaban cayendo constantemente y terminaba leyendo el mismo capítulo tres veces. Pues aquí se acabó. Cuando lo enciendes siempre va a la última página leída.
  • Diccionario integrado. Para buscar esas palabras tan raras. Y si estáis leyendo en otro idioma, os lo traduce automáticamente.
  • Audiolibros. Para esos momentos de vagancia total.
  • Libros gratis. Los clásicos están disponibles en Amazon por 0 EUR, y si sois un poco piratillas podéis encontrar casi cualquier cosa en Internet.
  • Internet. Con la posibilidad de buscar una palabra en wikipedia directamente, o navegar por cualquier sitio.
  • Duración de la batería. Leyendo a buen ritmo dicen que dura más o menos un mes. Esto no lo puedo confirmar porque yo todavía no lo he tenido que cargar. 
  • Leer el periódico por las mañanas. Esto merece una reseña especial. Utilizando el programa Calibre, se puede programar que todos los días se descarguen las noticias de Internet (de una gran lista de portales de información online: elmundo.es, elpais.es, larioja.com, marca.com, etc...) y se prepare una especie de periódico virtual (con sus secciones y fotos) que se envía directamente al Kindle. Así cuando uno se levanta por la mañana, ya tiene el periódico actualizado.
Hay gente que dice que para viajar está muy bien, pero que en casa prefieren leer en papel. Yo, personalmente estoy más cómodo con la versión digital.
En definitiva, una buena inversión. Ahora me fastidia no habérmelo comprado antes.

    martes, 15 de febrero de 2011

    El Whisky

    Después de tantos viajes por Escocia, me he dado cuenta de que nunca os he contado cómo se hace el whisky. Y aprovechando que hoy he estado en una de las pocas destilerías que trabajan "From Grain to Glass", es decir, que lo destilan y embotellan en el mismo sitio, os voy a contar de qué va la historia del whisky, que no todo va a ser vino.
    Para empezar el nombre: sólo el escocés de puede llamar whisky. El resto se denominan whiskey (con ey), pero en escocia se llama simplemente scotch. El origen parece estar en la expresión gaélica "uisge beatha", o agua de vida.
    El whisky escocés puede ser de dos tipos: de malta o de grano. El de malta está hecho exclusivamente con cebada malteada, y el de grano además puede incluir otras cereales (centeno, trigo, maíz) malteados o no.
    El proceso comienza con el malteado de la cebada, que es básicamente mojar la cebada para que llegue al punto de germinación. El malteado libera las enzimas que rompen las cadenas de carbohidratos del almidón para convertirlos en azúcares. Cuando se ha alcanzado el punto deseado de germinación, esta se detiene secando la cebada malteada con aire caliente. En algunas destilerías se añade humo de turba para darle un aroma especial.
    La cebada malteada se mezcla con agua caliente y se deja a remojo para que las enzimas que se liberaron en la germinación transformen el almidón en maltosa. El líquido dulzón resultante se pasa a otro depósito donde se le añaden las levaduras que inician la fermentación de la maltosa para producir una especie de cerveza de unos 6º de alcohol. Esta parte dura unas 72 horas.
    Entonces empieza el proceso de destilación en alambiques de cobre. El primer destilado tiene unos 20º y tiene que volverse a destilar para hacer varios cortes: el primero, que tiene como objeto eliminar el alcohol metílico que tiene un punto de evaporación más bajo y que te deja ciego si te lo bebes; y el tercero, también llamado las fintas, que es demasiado débil. El corte del medio es el que se lleva a las barricas para madurar.
    El whisky resultante puede tener un alcohol de hasta el 94% según ley, aunque normalmente se rebaja hasta un 62% antes de llevar a las barricas para su envejecimiento.
    Las barricas que se han utilizado tradicionalmente han sido las usadas en Jerez, aunque las de Oporto, Calvados, Cognac e incluso vino de Burdeos son bien recibidas. El tiempo mínimo que un whisky tiene que envejecer para poderse llamar escocés es de tres años y un día. Y otro detalle curioso: en el ambiente húmedo en el que se envejece el whisky, de produce una pérdida por evaporación del alcohol de alrededor de un 2% por año. A esto se le llama "la parte de los ángeles".
    Una vez que ha terminado el envejecido se procede al embotellado. En esto hay varias opciones:

    • Single Cask: muy raro. Se embotella el whisky de una sola barrica. Sin mezclar ni rebajar con agua. Se suele etiquetar a mano indicando la barrica de la que se ha tomado el whisky. Cada botella tiene su propia personalidad.
    • Cask Strength: Igualmente sin rebajar con agua (con lo que el grado alcohólico es muy alto, cerca de un 60%), pero en este caso el maestro mezclador une whiskys de varias barricas para lograr el aroma buscado y característico de la casa.
    • Single Malt: Igual que el cask strength, pero rebajado con agua hasta tener un alcohol del 40%.
    • Blended Malt o antiguamente Vatted Malt. La diferencia con el Single Malt es que en la mezcla intervienen whiskys de diferentes destilerías, pero todos ellos Single Malt.
    • Blended: en este ya se pueden mezclar incluso whiskys que no sean de malta.
    Al whisky escocés no se le puede añadir ningún aditivo aparte del E150A (o caramelo vulgar).
    Y ya sólo queda tomarlo. Solo, o con un único hielo grande, para que no agüe demasiado.
    Cheers!

    jueves, 10 de febrero de 2011

    El Camino de Santiago Virtual... y corriendo!

    Uno de los propósitos que me hice para este 2011 fue el de hacer el Camino de Santiago. Y no de una manera estándar, sino acorde con los tiempos modernos: virtualmente y corriendo.
    Para todos aquellos que no estéis familiarizados con las carreras virtuales os lo explico brevemente: hoy en día, casi todos los que salimos a correr con cierta frecuencia llevamos un dispositivo para medir la distancia y velocidad (Nike+, podómetro, GPS, etc..). Con lo que, una vez determinada la distancia, corriendo cada uno de su lado y sabiendo el tiempo que ha tardado, al poner en común todas las carreras (en un portal web, por ejemplo) se puede hacer una clasificación. Eso es lo que pasó en el Nike+ Human Race 10k, en el que más de un millón de personas corrieron "juntas".
    De modo que mi Camino de Santiago es algo parecido. Cada vez que salgo a correr, registro mi distancia con el GPS y subo los datos a Sports Tracker. Ahí no hay ni trampa ni cartón.
    Hoy he visto que desde el 1 de Enero llevo recorridos 99 Km, con lo que en teoría me encuentro entre Puente la Reina y Estella.
    Ya queda menos para Santiago...

    sábado, 22 de enero de 2011

    La cocina de Scotsman

    Esta semana he comenzado la nueva temporada de viajes donde más me gusta: en Glasgow. Y aprovechando que voy muchas veces, estoy probando diferentes lugares, con diferentes cocinas y me está encantando. Y eso que todavía no he probado la famosa "Deep fried Mars bar". Sí, es una chocolatina Mars rebozada. 

    Hace un par de viajes estuve charlando un buen rato con la camarera del Blue Dog, por cierto una de las mejores coctelerías en las que he estado, y me pasó una lista de lugares para cenar. Impresionante. Tanto que siento que la tengo que compartir con vosotros. Sólo me quedaba el Cafe Gandolfi. Y ayer cayó, así que ahí va:

    • The Grill on the Corner. Sofisticado y quizás un poco caro, pero uno de los pocos lugares donde se puede probar el buey de Wagyu o de Kobe.
    • Two Fat Ladies (el del West End). Debe su nombre a que está en el número 88 de Dumbarton Road. Y en inglés el 88 son las dos Fat Ladies. Si os gusta el pescado no os lo podéis perder.
    • Rogano. Este también es un poco caro, pero las ostras merecen la pena. El ambiente es muy elegante.
    • Wagamama.Lo opuesto a Rogano. Es una franquicia de comida oriental. Todos los ramen que tienen están impresionantes. Barato.
    • Cafe Andaluz. Aunque como muy bien me dijo la camarera "Si eres español no deberías estar aquí". Es uno de los pocos restaurantes españoles que no decepcionan. Bueno, no mucho.
    • Khublai Khan. He de decir que ha habido un antes y un después de mi visita a este restaurante mongol. El concepto es muy parecido al de los Wok: eliges tu comida, tu salsa y el cocinero te lo prepara a la plancha. Pero yo nunca nunca había visto tantas especias en mi vida. Y lo mejor es que la salsa te la vas haciendo tú siguiendo una de las muchas recetas que tienen en la pared. Hay que ir.
    • Mother India. Yo tengo predilección por la comida india, pero es que este es uno de los mejores restaurantes indios fuera de la India. En serio. La pakora de haggies y el pollo tikka masala están para quedarse pegado al plato.
    • Cafe Gandolfi. Otro excelente restaurante de pescado. No demasiado grande y muy acogedor, con sus sillas y mesas de bloques de madera maciza.  

    Hay más. Ahora no me acuerdo de todos, pero iré ampliado la lista. Incluso estoy pensando en extenderla a más ciudades. Ya veremos.

    lunes, 10 de enero de 2011

    Corriendo por el mundo

    Estos días estoy leyendo un libro de Haruki Murakami titulado "De qué hablo cuando hablo de correr". En japonés 走ることについて語るときに僕の語ること. Un libro en el que cuenta su experiencia durante 25 años como escritor/corredor.
    Yo, como Murakami, descubrí el placer de correr relativamente tarde, y sin embargo es algo que se ha integrado perfectamente en mi vida. Quizás sea por la sencillez (no se necesita casi equipación, ni compañeros, ni tiempo para prepararse), o por lo que despeja la mente, o porque correr es una de las actividades más primarias que hay; pero hay que reconocer que engancha.Y otra de las cosas que más me gusta de correr es que puedo compatibilizarlo con mi otra actividad favorita: viajar.

    Para mí, el hecho de despertarme en cualquier ciudad del mundo, ponerme las zapatillas y salir a correr antes de desayunar es todo un placer: correr por el barrio de Jaifa esquivando a los mercaderes del zoco y terminar dándote una ducha en la playa de Tel Aviv, subir y bajar las colinas de Ciudad del Cabo descubriendo las playas, disfrutar de un amanecer en la Corniche de Beirut y desayunar en un café en la zona musulmana, perderse por las callejuelas y parques de Tokio y tener que volver al hotel usando el GPS, correr entre viñas y canguros, sentarte a echar un trago de agua y ver un koala. Eso es una pasada.

    Hace unos días se me ocurrió que una cosa bonita para este año que empieza sería correr 2011 Km, pero eso es casi como hacer una maratón por semana. Así que creo que voy a dejarlo en una cifra redonda: mil. De momento llevo 37 Km en diez días, que está ligeramente por encima del objetivo. Ya veremos.