De vez en cuando es bueno venir a Cognac para volver a tomar perspectiva de las cosas. Logroño, con todo lo que digan, no es tan aburrido. De hecho, al lado de este pueblo, es algo así como Río de Janeiro en pleno carnaval con Pocholo pinchando.Este lugar es tan soso, tan soso, que cuando le he dicho al GPS que me indique los puntos de interés, se ha reiniciado de la risa.
Para que os hagáis una idea de la juerga: hoy he ido a cenar (a las 8, y ya era de los últimos) a una pizzería que hay cerca del hotel porque Félix me ha dicho que era de lo más animado... Pues parecía un velatorio. Todo el mundo a su bola, cenando sólo y leyendo su revista mientras la pringaban de espaguetis carbonara. La próxima vez me traigo los apuntes de ruso.
Sólo espero que mañana el tiempo nos respete y no caiga la nevada prevista, porque otro día aquí puede ser peligroso para la salud.
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