La vuelta a casa ha sido un infierno. Se ha juntado la depresión postvacacional con un coñazo de medios de transporte. El vuelo salia de Damasco a las 3:30 de la madrugada y no llegamos a casa hasta las 10 de la noche del dia siguiente. Total que reventado a preparar la maleta para salir de viaje a la mañana siguiente.
De modo que sin darme cuenta me he plantado en Tokio.
De momento no puedo contar demasiado, porque apenas he salido una hora a pasear por los alrededores del hotel. Pero ya he visto uno de esos famosos casinos con maquinas de bolas, chicas vestidas de colegialas (pero que no lo eran) y maquinas expendedoras de cosas raras. Como era casi de noche no he sacado la cámara, pero ya haré unas cuantas fotos un día de estos.
De momento no puedo contar demasiado, porque apenas he salido una hora a pasear por los alrededores del hotel. Pero ya he visto uno de esos famosos casinos con maquinas de bolas, chicas vestidas de colegialas (pero que no lo eran) y maquinas expendedoras de cosas raras. Como era casi de noche no he sacado la cámara, pero ya haré unas cuantas fotos un día de estos.
Bueno, hasta la próxima. Sayonara.
1 comentario:
hola Dieguito
cuidate un poquito mas que con tanto estres y vuelo te van a salir antes las arrugas.
una sorpresita....a Marco le he adelantado su regalo de cumple y tiene un mini schnauzer monisimo y muy cagoncete y meoncete.uahhoñga!! es lo que peor llevo con lo que a mi me gusta tener la casa recogidita y limpia.
bueno que a ver si nos vemos prontito para que nos conteis muuuuuchas cosas!!
elena
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